La historia y el misterio siempre han ido cogidos de la mano. Desde los albores de los tiempos hemos intentado desentrañar todo aquello que se ha quedado en el tintero de lo inacabado por algún motivo, sin tener en todos los casos el mismo éxito. Quizás sea en gran medida provocado por lo mismos que han escrito la historia. Por aquellos que de alguna manera han querido maquillar el resultado de sus acciones, transformando todos aquellos sucesos que podían contradecir sus codiciados derechos y su providencial presencia salvadora. También existen momentos de la historia que por alguna otra razón, como la de no ser políticamente rentable o moralmente aceptable, han quedado relegados a un segundo plano, sufriendo el más profundo de los olvidos, escritos en legajos abandonados al polvo y al destino en cualquier oscuro archivo de biblioteca. En otras ocasiones es precisamente la falta de información la que nos hace dar palos de ciego continuamente, introduciéndonos en laberintos sin salida, llegando a calles cortadas o conduciéndonos hacia cruces de caminos con numerosas salidas, tornándose en misterio el desenlace de la historia que estamos investigando.
Sea como fuere, nuestra historia está llena de misteriosos y apasionantes enigmas, sin los cuales creo que la vida sería mucho más aburrida. En este blog intentaré mostrar algunos de los enigmas de la historia que más me han llamado la atención. Espero que lo disfruten.

jueves, 19 de enero de 2012

El eterno enigma de la Sábana Santa


El tema que vamos a abordar a continuación puede ser uno de los temas más controvertidos de la historia. Es la pieza de arte más estudiada de toda la historia de la humanidad. Sin duda alguna muchas de las opiniones que se dan a este enigma suelen ir acompañadas de una sugestión inconsciente de nuestra índole religiosa o científica. Sin embargo, desde un punto de vista lo más imparcial posible no podemos decantarnos por ninguna conclusión, ya que hoy por hoy, no tiene explicación. Se trata ni más ni menos que la Sábana Santa de Turín.

La Síndone Sagrada es un pedazo de tela de 4’32 cm.de color marfil claro en la que podemos atisbar la impresión de una persona con múltiples heridas por todo su cuerpo, haciéndonos entender que esta persona ha sufrido algún tipo de episodio violento. En principio, la sábana en sí no muestra gran cosa, tan solo una serie de manchas, percibiendo de manera muy discreta lo que se supone que es una silueta. En realidad hay tres tipos de manchas. Las que más llaman la atención son las manchas que produjo un fuego que casi acaba con ella. Después tenemos la mancha del cuerpo que hemos comentado por delante y por detrás, y por último otro tipo de manchas que parecen ser sangre.

Tenemos conocimiento de la Sábana desde la edad media. La primera noticia fehaciente que tenemos de ella data de 1355 en Europa. El resto de su historia –si es que la tiene- no se conoce con precisión. ¿o no es así del todo? Cuenta la leyenda que un rey judío cayó enfermo cerca de Edessa y llamó al sanador judío (que ya había muerto). Pero al rey le mandaron un lienzo que llevaba su imagen. El rey Abgar sanó inmediatamente, y el lienzo milagroso comenzó a ser conocido como el mandylión. Así fue como Edessa se convirtió en el centro de la cristiandad venerando el mandylión con la imagen de Cristo. En este mandylión se decía que se encontraba la cara de Jesús. Pero, si solo estaba su cara, ¿se puede hablar del Santo Lienzo? Para dar una explicación a esto los científicos del proyecto Sturp –proyecto dedicado exclusivamente a la Sábana Santa en 1978- examinaron las dobleces dando como resultado ocho pliegues, lo que es lo mismo, un rectángulo con un rostro en medio ¿el mandylión?

En el año 944 el mandylión fue mandado a Constantinopla para exhibirlo de vez en cuando. Un caballero francés de la cuarta cruzada en 1203 dijo ver la imagen del cuerpo de Cristo en un lienzo. Un año después los cruzados saquearon la ciudad y se llevaron todo lo que encontraron a Europa. Aquí termina el rastro del mandylión. Comienza el de la Sábana Santa.

En el año 1898, un abogado llamado Secondo Pia obtuvo el permiso de Humberto I de Saboya para hacer la primera fotografía de la Sábana Santa. Al hacer esta fotografía se dio cuenta que el cliché sacado (el negativo) daba como resultado el auténtico positivo de la tela, mostrando de manera impactante el rostro de una persona, después el cuerpo, queriendo muchos ver la figura de Jesucristo. Ese fue el momento en el que se inició el interés científico por la Síndone, que perdura hasta nuestros días.

Varios congresos científicos internacionales se han realizado a raíz de este tema, sin que ninguno de ellos hallan sabido responder a numerosas cuestiones. Dos científicos de la N.A.S.A. –aquí aclaramos que son científicos que trabajaban en un laboratorio contratado por la N.A.S.A.-, Jackson y Jumper, en un congreso en 1978, tras analizar la Síndone dieron como resultado que la impresión que en ella se recoge fue debida a un cambio químico, una oxidación deshidratada, una especie de radiación instantánea. Esto quiere decir que los hilos de la tela no están carbonizados, sino parcialmente chamuscados, y a través de un aparato medidor de esta profundidad del quemado, pudieron ir sacando ir sacando la imagen en tres dimensiones de la persona que en ella se recoge. Además, al analizar las supuestas manchas de sangre, dio como resultado que eran realmente manchas de sangre humana -grupo AB, curiosamente el mismo grupo sanguíneo de la sangre que hay en el sudario de la catedral de Oviedo. Se supone que este sudario cubrió la cara de Cristo a la hora del fallecimiento-.

En octubre de 1988 ocurrió algo que desconcertó a todos aquellos que creían en la veracidad de la Sábana Santa. Por primera vez en la historia se obtuvo un permiso para coger un pedazo de lino del lienzo para analizarlo. Se mandaron muestras a tres laboratorios distintos para realizar la prueba del carbono 14. El resultado no dejó indiferente a nadie. La conclusión fue que la tela tenía una antigüedad de unos 7 siglos, estimando que fue "hecha" entre 1260-1390. En este caso tuvo la comunidad científica un pilar fundamental para argumentar que la Sábana Santa era una falsificación del siglo XIV, como una más de otras muchas falsificaciónes de reliquias de santos o Lignum Crucis -trozos de madero de la cruz de Cristo. Se habló entonces que esta falsificación podría haberse hecho a partir de unos conocimientos básicos de fotografía a través de sales de plata consiguiendo realizar un negativo, una especie de protofotografía, Estos resultado chocan con el estudio de los pólenes que se llevó a cabo en 1973 por Max Frei, investigador experto en palinología, que tomó una serie de pruebas de la Sábana Santa, encontrando pólenes de 58 especies, 28 de las plantas que lo producen solo existen en Oriente Medio, prueba que la Sábana pasó en esta zona un tiempo. Es imposible por tanto que en una falsificación del siglo XIV se puedan poner partículas de polen a nivel microscópico –tanto por falta de conocimientos como del propio polen-, así que el misterio se reproduce. También una serie de investigadores encontraron contaminación bacteriana en la Síndone que hubiera podido afectar en la datación. Cuando se pueda separar bien la película de material bioplástico del tejido, se podrá efectuar una nueva datación.

Uno de los datos misteriosos lo encontramos en el rostro. Tras numerosos análisis científicos de los globos oculares se descubrió que los dos círculos que los cubren pertenecen a unas monedas romanas de cobre de escaso valor llamadas leptones. En este caso un judío jamás se hubiese atrevido a profanar el cuerpo de otro judío colocando dos monedas romanas en sus ojos, aunque también es lógico que en aquella época no tuvieran otro tipo de moneda para poner. Algunos sindonólogos sin embargo creen que en realidad en la impresión no se ven tales monedas, simplemente se fuerza a verlas, sin que sea este dato tampoco concluyente.

Después de este “prolegómeno” las dudas son muchísimas. Pero ahora se acentuarán un poco más. Vamos a analizar el contenido de la Síndone. La impresión que queda reflejada en la tela es la de un hombre que ha sufrido una serie de heridas repartida por todo su cuerpo. Lo más intrigante de todo esto es que las heridas coinciden con las de la Pasión de Jesús. Y aún hay más. Los médicos forenses que han analizado estas heridas han dado datos muy llamativos que vamos a comentar a continuación. El primer resultado que muestran es el casco de espinas que supuestamente llevó el cadáver envuelto en la tela, y no la corona de espinas que todos nos imaginamos que pusieron a Jesucristo. Otro dato relevante son las heridas en las muñecas que coincidirían con los clavos que sujetaron a ese cuerpo en la cruz. Esto es muy llamativo, ya que en toda la historia de la cristiandad vemos que la iconografía de la crucifixión de Jesús se realiza con el clavado de las manos al travesaño de la cruz. Esto anatómicamente es incorrecto ya que un cuerpo clavado por las manos tiene el problema del desgarramiento de éstas. Esto no sucede si el cuerpo lo cuelgan de las muñecas, ya que sabiendo el lugar exacto del clavado, sin que toque ninguna arteria principal, la agonía del crucificado es mayor. Además, al clavar un objeto punzante en esta zona el dedo pulgar se contrae, dato que concuerda perfectamente con lo que se ve en el lienzo. Este dato de los clavos no se conoció hasta el siglo XX así que el supuesto falsificador medieval no lo habría sabido. También, al analizar las numerosas heridas de la espalda, se dieron cuenta de que coincidían con el “flagrum”, un látigo del siglo I utilizado por los romanos. ¿También conocía este dato el falsificador?

Por otro lado, estos mismos anatomistas han concluido que las proporciones del cuerpo que en la Síndone se representan no tienen armonía. Los brazos son excesivamente largos -aunque algunos sindonólogos defienden que este hecho se debe al descoyuntamiento de los brazos a raíz de la crucifixión-, los dedos de la mano también dicen que son excesivamente largos, las piernas son demasiado largas en proporción al tórax y la cabeza serían demasiado grande. Hay teorías que demuestran que al ser una radiación, lo que realmente vemos es una especie de rayos X, y superponiendo placas de huesos actuales con lo que se ve en la Síndone, sinceramente que el resultado es abrumador.






Entonces ¿Quién es la persona que esta impresa en la Sábana Santa? ¿Se falsificó con un muñeco? Si es así, ¿Cómo realizaron esa impresión que no se ha podido reproducir con ninguna técnica hasta nuestros días? ¿Cómo consiguieron gramíneas del siglo I?¿Tenían conocimientos científicos sobre la crucifixión de Cristo que nadie más tenía?¿Si fue tan buena la falsificación, por qué no se hicieron más?

En definitiva, se puede decir lo que no es, pero no lo que es.Desde 1998 la Sábana Santa se conserva dentro de una urna de aluminio y cristal de la cual se extrajo el aire y se introdujo argón –un gas inerte-. Desde entonces la Sábana sigue suscitando más dudas que resultados.


Un enigma maravilloso...



3 comentarios:

  1. Hola bro!!!!
    Muy interesante todo lo que cuentas.
    Ya que se cumplen 100 años del hundimiento del Titanic, estaría bien abordar ese tema, no te parece??? Tiene muchos misterios a su alrededor y, la verdad, tengo una fascinación especial por el.
    Bss mil

    ResponderEliminar
  2. Pues sí, tienes razón, y ya sé que tienes fascinación especial por él. Déjame que investigue más profundamente en el tema y cuento algo. Besos...

    ResponderEliminar
  3. es auténtica porque sería estúpido que el diablo hiciese algo falso para predicar cristianismo y es imposible que Dios utilice algo falso para predicar el cristianismo.

    ResponderEliminar