La historia y el misterio siempre han ido cogidos de la mano. Desde los albores de los tiempos hemos intentado desentrañar todo aquello que se ha quedado en el tintero de lo inacabado por algún motivo, sin tener en todos los casos el mismo éxito. Quizás sea en gran medida provocado por lo mismos que han escrito la historia. Por aquellos que de alguna manera han querido maquillar el resultado de sus acciones, transformando todos aquellos sucesos que podían contradecir sus codiciados derechos y su providencial presencia salvadora. También existen momentos de la historia que por alguna otra razón, como la de no ser políticamente rentable o moralmente aceptable, han quedado relegados a un segundo plano, sufriendo el más profundo de los olvidos, escritos en legajos abandonados al polvo y al destino en cualquier oscuro archivo de biblioteca. En otras ocasiones es precisamente la falta de información la que nos hace dar palos de ciego continuamente, introduciéndonos en laberintos sin salida, llegando a calles cortadas o conduciéndonos hacia cruces de caminos con numerosas salidas, tornándose en misterio el desenlace de la historia que estamos investigando.
Sea como fuere, nuestra historia está llena de misteriosos y apasionantes enigmas, sin los cuales creo que la vida sería mucho más aburrida. En este blog intentaré mostrar algunos de los enigmas de la historia que más me han llamado la atención. Espero que lo disfruten.

miércoles, 23 de abril de 2014

El misterio del barco Mary Celeste

 La historia que voy a contar a continuación seguramente es una de las más famosas y misteriosas del mundo de la mar y la navegación. Se trata de la desaparición de todos los integrantes del bergantín Mary Celeste. 
Pintura anónima del Amazon, más tarde rebautizado Mary Celeste


 El Mary Celeste fue construido en 1861 en los astilleros de Parrsboro, Nueva Escocia, Canadá. Era un bergantín goleta de 31 metros de eslora, 7.6 metros de manga y 286 toneladas de peso. Fue bautizado originalmente como Amazon, pero tras pasar por varios acontecimientos cuando menos misteriosos, pasa a manos del capitán Winchester en copropiedad con el capitán Benjamín S. Briggs. La historia de la embarcación hasta este punto pasa por momentos un tanto oscuros. El primer capitán muere ahogado antes de inaugurarlo. El segundo capitán muere en las mismas circunstancias en el viaje inaugural. En 1867 queda varado después de una fuerte tormenta en la bahía de Glace, Nueva Ecocia. Existe la leyenda de que por un error tipográfico del pintor, el barco, que ya había sido rebautizado como Mary Sellars, finalizó en denominarse Mary Celeste. Aunque este último punto queda en la leyenda.

 El 4 de noviembre de 1872 el Mary Celeste parte del puerto de Nueva York con 1.701 barriles de alcohol comercial, pedidos por la firma H. Mascarenhas & Co. para aumentar el porcentaje de alcohol del vino. Su destino era el puerto de Génova, Italia. El barco zarpa con 10 personas. El capitán Benjamín S. Briggs, nacido en Marion, Massachussetts, un hombre avezado en cuestiones oceánicas. Su mujer Sarah y su hija de dos años Sophia. Junto con ellos una tripulación compuesta por siete hombres. El segundo oficial Albert G. Richardson, el contramaestre Andrew Gilling cuatro marineros alemanes y un marinero/cocinero americano.
Capitán Briggs
Sarah y su hija Sophia

 Prácticamente un mes después de zarpar, el 5 de diciembre de 1872, sobre las 15:00 horas, la goleta Dei Gratia, que realizaba una ruta de Nueva York a Gibraltar, divisa a lo lejos un barco con ritmo suave y silencioso entre Las Azores y Lisboa. en realidad los movimientos eran un tanto erráticos y sospechosos. Se encontraban a 650 Km. al este de Las Azores para ser más exactos. El Dei Gratia se fue acercando hacia él y tras descubrir el nombre del bergantín, el capitán del Dei Gratia, David Reed Morehouse, se da cuenta que es el barco que dirige su amigo, el capitán Briggs. Después de percatarse que no hay nadie en el puente, ni al timón, ni en cubierta, decide realizar una llamada por megáfono preguntando si necesitan ayuda. Nadie responde. El capitán Morehouse, preocupado por la situación -ya que de sobra conocía la experiencia en navegación del capitán Briggs-, decide investigar la situación, así que llama a su segundo, Oliver Deveau, y le ordena abordar el Mary Celeste junto con dos hombres más para investigar sobre el paradero de los tripulantes.
Capitán Morehouse
Primer oficial, Oliver Deveau
















  Una vez abordado el Mary Celeste, Deveau y los hombres del Dei Gratia descubren que no hay nadie a bordo del bergantín. Exploran por completo el barco sin encontrar rastro de vida alguno; sin embargo descubren una serie de circunstancias realmente extrañas. Todo se encuentra en orden, pertenencias, ropas, y hasta dinero y joyas, se encuentran intactos en los camarotes, lo cual hace evidente que no se trata de ningún motín a bordo. Nada falta de su sitio, la alacena con víveres para algunos meses, la carga de barriles intacta... aunque si que habían desaparecido el bote salvavidas, el sextante, el cronómetro y la bitácora. En la popa colgaban restos de amarre.
   En el cuarto del capitán descubren las últimas anotaciones en la pizarra del 24 y 25 de noviembre, sin nada realmente interesante. Las anotaciones se refieren al tiempo algo inestable, pero nada más de gravedad. Según parece -aunque de esto ya no hay datos que lo aseguren-, sobre los fogones de la cocina había una cacerola con un pollo recién cocido y tazas de té en la mesa central. Tras comprobar como extrañamente la escotilla principal y la de carga se encuentran cerradas, así como abiertas la anterior, posterior y la de la despensa, regresan al Dei Gratia llenos de confusión.

Palabras del oficial Deveau, rescatadas del informe del almirantazgo inglés:

"Luego de una rápida inspección pude comprobar que el barco estaba desierto, el único bote había desaparecido, colgando de la popa restos del aparejo para izarlo; daba la impresión de haber sido cortado en rápida huida. Comprobamos que el antepecho lateral, correspondiente al lugar donde debió arriarse el bote, continuaba abierto; lo cual a mi entender, es otro indicio de una posible huida precipitada.
Sobre cubierta la escotilla principal y la de carga permanecían cerradas, pero la anterior que da al sollado de los marineros y la posterior que comunica con el camarote del capitán y oficiales estaban abiertas, también lo estaba la de la despensa.
Sobre cubierta encontramos tirada la barra de sondeo, e inmediatamente la utilice para comprobar el agua que había en la sentina, verificando que solo tenia 1 metro, lo que me pareció razonable para un barco de esas características, no siendo motivo de abandono.
El aparejo se encontraba preparado como para mal tiempo, más precisamente como para correr un temporal, ya que solo estaban izados el Foque, el Petifoque, la trinqueta estaba arriada y solo porbaban el juanete fijo y el volante. Notamos que la burda volante se hallaba enredada, la driza de la cangreja se había roto, y la vela de sobregavia también estaba arriada.

Luego de la inspección en cubierta procedimos a revisar en detalle el interior, lo primero que nos llamo la atención fue que había restos de comida, colocados con orden en la mesa; también estaban ordenados una serie de objetos pequeños en mesas y estantes. hecho que nos llevo a pensar que si hubiera habido un temporal o colisión se hubieran caído.

La ropa en el camarote del capitán, que supongo pertenecerían a él y a su familia, se encontraban ordenadas en sus baúles. Encontramos también en sus lugares el dinero y equipaje de la tripulación.
El diario de navegación lo encontramos en la camareta del capitán, lo cual nos sorprendió pues no es su lugar habitual; la última anotación era del 24 / 11 / 1872 ; y en ella no se consignaba nada extraordinario que pudiera explicar la desaparición de la tripulación.
Notamos que faltaba la documentación del barco, un sextante y algunas provisiones
Respecto de la carga que eran barriles de alcohol, 9 estaban vacíos y en mal estado. ."

Al regresar al Dei Gratia, Deveau cuenta lo que ha visto e investigado en el bergantín al capitán Morehouse, lo que hace pensar a éste último sobre un destino fatal de la tripulación y la familia de Briggs tras una tempestad. Mas Deveau le contradice enseguida, haciendo evidente la imposibilidad de que ese barco hubiera pasado por una tempestad, ya que vio todo tipo de material delicado colocado y en orden, hasta un bote de aceite encima de una máquina de coser.
 Morehouse decide enviar nuevamente a algunos de sus tripulantes al Mary Celeste para dirigirlo junto con su barco a Gibraltar, para que ya en tierra firme puedan investigar mejor lo sucedido.

¿Qué había pasado en el Mary Celeste?
¿Dónde se encontraba la tripulación?
¿Por qué todo se encuentra en su sitio, como si hubieran tenido que abandonar el barco a toda prisa?
¿Acaso tuvieron que huir de algo o de alguien?

Tras llegar a Gibraltar el 12 de diciembre el Dei Gratia y el 13 el Mary Celeste, el capitán Morehouse cuenta lo sucedido a las autoridades portuarias; además, conocedor de las leyes de la mar, presenta una demanda de salvamento, para cobrar la indemnización correspondiente. En ese momento, el tribunal del almirantazgo, quizás receloso con la historia en un principio, inicia una investigación a cargo del procurador Solly Flood, acaso para intentar esclarecer un poco el destino de los tripulantes del Mary Celeste.
 Entre el 18 y el 20 de diciembre se llevaron a cabo los interrogatorios a los tripulantes que abordaron el bergantín abandonado, junto con el oficial Deveau, sin llegar a ninguna conclusión relevante. Así mismo, se llevó a cabo una investigación a fondo a bordo del barco, haciendo solo un descubrimiento por debajo de la línea de flotación del barco. A dos metros por debajo, y con un grosor de 32 mm y unos dos metros de largo, existía una hendidura que parecía ser reciente. La investigación sospechó que aquel corte no era natural y parecía haber sido intencionado. Nada más lejos de la realidad, el invitado a investigar el caso, el comandante Shufeldt, concluyó que fue provocada por la acción de la mar y que la embarcación era sólida, cosa que pudo corroborar de manera fehaciente el buzo que realizó las labores de investigación bajo el agua.

 El resultado del infrome de Solly Flood es el siguiente:

"Mi hipótesis personal es que la tripulación consiguió apoderarse de la carga" -tras una investigación más profunda en Gibraltar se descubrió que había 9 barriles de carga vacíos-, "se embriagó, y bajo la influencia del alcohol asesinaron al capitán y a su familia, así como al contramaestre. Después causaron daños en la proa del bergantín, haciendo creer que habían embestido a unas rocas o a otro barco, para terminar huyendo entre el 25 de noviembre y el 5 de diciembre, a bordo de un barco, hacia algún punto de América del Norte, Sur o Las Antillas..."

 Una resolución muy pobre en argumentos y hechos de peso, lo que hizo enfadar al comandante Shufeldt, quién argumentó que nada hacía entrever un motín a bordo; nada en el barco hacía sospechar de indicios de violencia. Según el comandante, toda la tripulación habría huido de manera precipitada y sin organización previa, presas de un pánico injustificado, ante una amenaza de tempestad.
  El 14 de marzo de 1873, el tribunal marítimo de Gibraltar dictó sentencia, dando al Capitán Morehouse u su tripulación 1700 libras esterlinas por el rescate del Mary Celeste.

Restos del Mary Celeste



Posibles teorías y giro inesperado

 Unos años después, se descubrió la relación de amistad entre el Capitán Briggs y Morehouse, sacando a la palestra sospechas evidentes de un posible acuerdo entre ambos para inventar esta historia y así cobrar la indemnización. Esta hipótesis se puede hacer más evidente si reflexionamos sobre la excepcional coincidencia de que justo el capitán Morehouse, amigo de Briggs, encontrara el bergantín. Sin embargo esta hipótesis parece poco sostenible a causa de la intachable conducta y honorabilidad de los dos marineros, ambos tenían una intachable conducta. Además, la indemnización fue poco más que paupérrima para repartirla entre todos los tripulantes,
 Por supuesto que la hipótesis oficial del procurador Solly Flood queda totalmente descartada por carecer de argumentos de peso.
 Una de las teorías más plausibles que se han manejado es la de una pequeña explosión, o al menos el miedo al explosionar, ocasionada por los gases de alcohol acumulados en la bodega de carga -recordamos que encontraron 9 barriles vacíos-, haciendo cundir el pánico entre los tripulantes del barco, llegando a botar un bote salvavidas con un largo cabo amarrado al Mary Celeste, cortándose éste en algún momento y perdiendo el bergantín ante la imposibilidad de alcanzarlo a causa de la deriva.
 También existe otro argumento que podría haber causado la desaparición de la tripulación. A causa de una tromba de agua -algo similar a un tornado en tierra, pero en el agua- la sentina se llenó de agua -de ahí la barra de sondeo y el agua entrada en la misma-, cundiendo el pánico entre la tripulación, realizando la misma operación de antes, con la mala fortuna de romperse el cabo y perder la comunicación total con el bergantín.
 Cualquiera de estas dos últimas hipótesis pueden rebatirse con simples hechos. En la investigación profunda llevada a cabo en Gibraltar, nada hizo sospechar de una explosión o una tempestad. No había nada fuera de su sitio, descolocado, roto o con signos de deterioro ocasionados por una explosión o una tempestad. Además, también está el hecho de la desaparación del sextante, el cronómetro y los cuadernos de notas. Si tuvieron pánico y huyeron tan rápido dejando comida en la cocina, ropa en los camarotes.. ¿Por qué tuvieron el tiempo necesario para coger todas estas cosas?
 Muchas más hipótesis fantásticas y hasta un poco absurdas han recorrido periódicos y noticieros durante años, piratas, secuestro, monstruos marinos, abducción extraterrestre, puertas dimensionales, sin tener realmente hechos fundados.
La historia del Mary Celeste se hizo tan popular a nivel mundial que la prestigiosa revista Strand de Londres, realizó un concurso para escritores con el fin de escribir relatos con el bergantín como protagonista. De ahí que de las muchas historias que se escribieron se intercalen ahora hipótesis más reales con las más fantásticas.

 Hace poco tiempo, el periodista Francisco García Novell a sacado a la luz un artículo que puede ser un punto de inflexión importante en el caso. Una noticia del periódico "El imparcial" de mayo de 1873 -6 meses después de la desaparición de los tripulantes del Mary Celeste- habla del hallazgo por parte de unos pescadores en alta mar, en la costa de Candás -Asturias-, de dos botes llenos de cadáveres. En uno de los botes había un cuerpo atado y en el mástil ondeaba la bandera de Estados Unidos; en el otro había 5 cuerpos más, todos en un estado avanzado de descomposición. Aún así, los pescadores candasinos los remolcaron a tierra. La noticia pronto se hizo eco. Una semana después, el 16 de mayo el "Liverpool Daily Albion" publicaba la noticia, creando un misterio adyacente al confundir el nombre de la población de Candás por Baudas.

 El periodista García Novell ha estudiado las corrientes marinas desde Las Azores a al Cantábrico, y según parece es totalmente factible el hecho de que una bote a la deriva pueda llegar desde el archipiélago de las Azores al golfo de Vizcaya. ¿Se trataría entonces de la tripulación del Mary Celeste?. En ese caso ¿Por qué había solo 6 cuerpos y uno de ellos solo en bote y atado?. Las preguntas se multiplican sin cesar. A pesar de no tener hechos ni evidencias certeras el periodista las sigue buscando.

 ¿acaso podrían haberse amotinado los tripulantes del bergantín y haber dejado en alguna isla de Las Azores al capitán y su familia -recordemos que eran 3-, haciendo eliminar al contramaestre y después encontrarse con alguna contrariedad debiendo abandonar el barco?. Las teorías son infinitas.

 El hecho es que el Mary Celeste siguió surcando los mares no con fortuna. a finales de 1884, el cónsul en Haití Gilman C. Parker, compró el Mary Celeste ya bastante deteriorado y lo llenó de carga asegurándola en 30.000 dólares. El barco zarpó para Puerto Príncipe, pero nunca llegó allí. El bergantín chocó y encalló contra la barrera coralina del Banco de Rochaelais, en el golfo de Gonave, cerca de la costa de Haití.Una investigación ulterior para comprobar lo sucedido después de que Parker reclamara la indemnización, descububrió que el barco había sido cargado de chatarra para defraudar a la aseguradora. Un delito que en aquella época podía ser causa de hasta pena de muerte, sin embargo Parker y sus cómplices se salvaron en el juicio a causa de una cuestión legal técnica. Aunque el maleficio del Mary Celeste les persiguió hasta el final. Parker murió en la más absoluta pobreza, arruinado y desacreditado. Uno de sus cómplices perdió la cabeza, muriendo en un hospital psiquiátrico, poco tiempo después de haber entrado. Otro cómplice se suicido...

 En definitiva, un barco que no tuvo buena estrella desde su creación. En agosto del 2001 un equipo de investigación encontró los restos del Mary Celeste en el golfo de Gonâve, Haití. El misterio del buque fantasma y su desaparecida tripulación duerme desde hace más de 100 años en las profundidades del mar. Algo de no deja de ser un misterio apasionante...
Restos del Mary Celeste cubiertos de coral.