La historia y el misterio siempre han ido cogidos de la mano. Desde los albores de los tiempos hemos intentado desentrañar todo aquello que se ha quedado en el tintero de lo inacabado por algún motivo, sin tener en todos los casos el mismo éxito. Quizás sea en gran medida provocado por lo mismos que han escrito la historia. Por aquellos que de alguna manera han querido maquillar el resultado de sus acciones, transformando todos aquellos sucesos que podían contradecir sus codiciados derechos y su providencial presencia salvadora. También existen momentos de la historia que por alguna otra razón, como la de no ser políticamente rentable o moralmente aceptable, han quedado relegados a un segundo plano, sufriendo el más profundo de los olvidos, escritos en legajos abandonados al polvo y al destino en cualquier oscuro archivo de biblioteca. En otras ocasiones es precisamente la falta de información la que nos hace dar palos de ciego continuamente, introduciéndonos en laberintos sin salida, llegando a calles cortadas o conduciéndonos hacia cruces de caminos con numerosas salidas, tornándose en misterio el desenlace de la historia que estamos investigando.
Sea como fuere, nuestra historia está llena de misteriosos y apasionantes enigmas, sin los cuales creo que la vida sería mucho más aburrida. En este blog intentaré mostrar algunos de los enigmas de la historia que más me han llamado la atención. Espero que lo disfruten.

martes, 27 de diciembre de 2011

El Manuscrito Voynich. El libro más misterioso del mundo







Desde tiempos remotos el hombre ha intentado cifrar mensajes y textos con la intención de ocultar lo que en ellos se recoge. Desde bases científicas a órdenes militares, pasando incluso por cartas de amor o códigos de conducta y reglas para órdenes secretas. Sea cual fuere el misterio que en ellos se recoge, prácticamente todos con más o menos dificultad acaban siendo descifrados desvelándonos sus secretos. De hecho, hace poco hemos conocido la noticia de la descodificación de un misterioso código por parte de una sociedad secreta denominada Los ocultistas, donde se detallaban los rituales y aspiraciones políticas de este grupo. Este éxito ha sido

llevado a cabo por un grupo de expertos en criptografía, liderados por el científico informático Kevin Knight de la Universidad del Sur de California.

Sin embargo, a pesar de éxitos constantes en el mundo de la criptografía, hasta nuestros días no ha habido ningún método efectivo –ya sea humano o informático- que haya resuelto el enigma del códice Voynich.

De este manuscrito es misterioso todo, empezando por su autor, siguiendo por su datación y terminando por su contenido. En definitiva, un auténtico enigma. Infinidad de métodos de descifrado, organismos oficiales como la C.I.A. o la N.A.S.A., investigadores y aficionados a los mensajes encriptados han intentado sustraer de él un texto coherente y lógico, pero lo único que han conseguido sacar en limpio son quebraderos de cabeza y casi más incoherencias y problemas que con los que empezaron.

Para poner en antecedentes a los lectores, debemos empezar por su “descubrimiento”. A comienzos del siglo XX un marchante de arte de Nueva York llamado Wilfred Voynich visita una villa llamada Mondragone, cercana a Roma, con el propósito de comprar libros antiguos y valiosos. En esta villa se guardaban libros históricos provenientes de una escuela jesuita. Uno de los baúles que estuvo escrutando pertenecía a un erudito jesuita del siglo XVII llamado Atanasius Kirschner.

De entre todo lo encontrado en dicho baúl, le llamó la atención un libro singular. Un manuscrito de poco más de doscientas páginas que desde ese momento le obsesionó e intentó descifrar durante el resto de su vida. Pero murió sin ni siquiera acercarse a la solución. Desde su muerte el manuscrito se guarda en la biblioteca de libros raros y manuscritos Beineke en Yale. El libro está compuesto por texto y dibujos, siendo estos últimos los que nos permiten hacer una primera separación por secciones. Una sección de botánica, donde se muestran plantas, flores, semillas… otra sección con cartas astrales, compuesta por dibujos muy específicos y compuestos. Algunas páginas tienen dibujos que componen efectos ópticos, ya que al moverlos cobran vida.

Después viene una parte muy curiosa del manuscrito donde se ven, aparte del texto, mujeres desnudas lavándose en lagos de agua cristalina. Terminando el misterioso incunable nos encontramos con una sección de recetas, como mostrándonos como debemos actuar con las plantas que se nos han mostrado antes (como cortarlas y utilizarlas). Todo hace entender que se trata un libro de medicina, pero su contenido sigue siendo totalmente desconocido, además de tener unos enigmas bastante intrigantes.

La primera pista nos la da el propio Voynich.

Al fotografiar el libro para hacer copias se da cuenta que en la primera página hay un nombre borrado, raspado a propósito, Jacobus de Tepenece. Médico ambulante experto en plantas medicinales del siglo XVII, Tepenece fue invitado a Praga en 1608 por el emperador Rodolfo II aquejado de melancolía. Este médico creaba sus propios remedios destilando y mezclando plantas, consiguiendo aliviar al emperador, el cual le nombró como destilador real. Pero, ¿Fue Tepenece el autor del manuscrito? No. En una carta fechada en 1665 se dice que Rodolfo II adquirió el libro por 600 ducados. Al emperador le gustaba coleccionar objetos y libros mezclados de ciencia y ocultismo. Al morir éste, dejó una gran deuda consigo, así que lo más normal es que Tepenece se hiciera con varios volúmenes de su biblioteca entre ellos el manuscrito Voynich.

En la carta de 1665 se cita como posible autor a Roger Bacon, clérigo inglés del siglo XIII con el sobrenombre de doctor milagro. Pero al analizar la tinta y los pigmentos se llegó a la conclusión de que el manuscrito fue escrito entre los siglos XV y XVI. Este estudio nos da como resultado mucho más que su datación. Hace siglos, los pigmentos eran bastante costosos, además se debía de tener gran pericia y conocimiento para usarlos, lo que demuestra que el autor fue un auténtico maestro versado en estas artes. Sin embargo, en el mismo manuscrito conviven dibujos de gran dificultad y experiencia, con otros que parecen haber salido de la mano de un niño ¿Con qué propósito?¿Hubo más de un autor? Por otro lado, los pergaminos son más caros cuanto más grandes son y el manuscrito contiene varias páginas desplegables incluida una doble página lo cual no es muy normal.

En definitiva, el autor tuvo que poseer además de experiencia y conocimiento, una gran suma de dinero para realizar la obra, además de tiempo. Como ejemplo, la doble página del manuscrito está compuesta de unos grabados tan minuciosos que tuvo que dedicar unos dos años según los científicos que han analizado el texto. Respecto a los 170.000 caracteres codificados en sus páginas, se han usado todas las técnicas actuales para intentar descifrarlo sin éxito alguno. Lo primero que hay que tener en cuenta es que está escrito sin ningún error, un libro de 200 páginas y 170.000 caracteres sin ningún error es algo prácticamente inhumano. Una de las características que cumple el texto y que el autor en aquella época desconocía es la Ley de Zipf, que dice que en todos los lenguajes conocidos, la longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de aparición. También, al pasar el texto entero a programas informáticos nos desvela que unos signos aparecen con más frecuencia que otros, como algunas vocales en nuestro idioma. Todo esto nos hace entender que el texto tiene una coherencia. Sea como fuere, permanece encriptado. Algunos investigadores afirman que todo se trata de una burla, de un libro inventado y sin coherencia alguna. Pero, ¿Quién gastaría tiempo y dinero en hacer algo así? Una de las posibilidades que se manejan es Edward Kelly. Kelly fue un escribano inglés desterrado de su país por falsificar documentos. De hecho, le cortaron una oreja como castigo, usando siempre pelucas y sombreros para ocultarlo. A finales del siglo XVI llegó a la corte de Rodolfo II haciendo creer al monarca que era un alquímico con poderes. Así que Kelly tuvo los medios y la persona adecuada para llevar a cabo su burda mentira.

Unos análisis realizados por primera vez con radiocarbono nos han dado su datación más concreta. Y la sorpresa ha sido mayúscula. Con una exactitud del 95% se puede decir que el manuscrito fue escrito entre 1404 y 1438, lo que hace que todas las teorías sobre el autor hayan quedado truncadas.

La última pista que tienen los científicos es la única imagen que aparece en todo el manuscrito de una ciudad, con torres y almenas, estas últimas muy características. Son almenas cola de golondrina. En la época en el que fue escrito el manuscrito sólo había almenas de ese tipo en el norte de Italia. ¿Se escribió en esta zona? ¿Es una alegoría el dibujo? Desde este punto, los investigadores están centrando sus estudios.

El manuscrito Voynich es una obra de arte de incalculable valor, escrita a principios del siglo XV por un autor con una maestría sobre el texto y el dibujo indescriptibles. Con una solvencia económica admirable o patrocinado por algún mecenas. Y lo más importante, con un sentido profundo de que nadie consiguiera desvelar lo que en él se esconde. ¿Qué significa?¿Quién es el autor?¿Por qué lo cifró?¿Es acaso la solución al arcano de la alquimia, la piedra filosofal, el elixir de la eterna juventud?¿Un fraude? Y si es así ¿Por qué?


Un enigma maravilloso...