La historia y el misterio siempre han ido cogidos de la mano. Desde los albores de los tiempos hemos intentado desentrañar todo aquello que se ha quedado en el tintero de lo inacabado por algún motivo, sin tener en todos los casos el mismo éxito. Quizás sea en gran medida provocado por lo mismos que han escrito la historia. Por aquellos que de alguna manera han querido maquillar el resultado de sus acciones, transformando todos aquellos sucesos que podían contradecir sus codiciados derechos y su providencial presencia salvadora. También existen momentos de la historia que por alguna otra razón, como la de no ser políticamente rentable o moralmente aceptable, han quedado relegados a un segundo plano, sufriendo el más profundo de los olvidos, escritos en legajos abandonados al polvo y al destino en cualquier oscuro archivo de biblioteca. En otras ocasiones es precisamente la falta de información la que nos hace dar palos de ciego continuamente, introduciéndonos en laberintos sin salida, llegando a calles cortadas o conduciéndonos hacia cruces de caminos con numerosas salidas, tornándose en misterio el desenlace de la historia que estamos investigando.
Sea como fuere, nuestra historia está llena de misteriosos y apasionantes enigmas, sin los cuales creo que la vida sería mucho más aburrida. En este blog intentaré mostrar algunos de los enigmas de la historia que más me han llamado la atención. Espero que lo disfruten.

viernes, 20 de abril de 2012

Los OOPART más inquietantes


El mundo de la arqueología es apasionante. Es una disciplina, un arte, una ciencia, una vocación que nace de la necesidad de saber. De saber sobre nosotros y sobre la vida, de desenmarañar los oscuros túneles que bordan nuestro pasado ancestral y atávico. Ya sea la de ratificar y verificar toda clase de textos que nos hablan de la historia tal y como la hemos leído, escuchado o estudiado, como la de intentar descifrar esa parte de realidad que ha sido y que no tenemos constancia de ella por falta de documentos escritos que nos hablen sobre ella, llamada prehistoria.
Cuando oigo o leo artículos sobre un grupo de Sapiens que vivían en comunidad siendo cazadores recolectores, o sobre lo que comía o como comía un Neanderthal, o sobre la enfermedad que mató a un determinado Faraón egipcio, me quedo tremendamente sorprendido. Los avances que se han conseguido en la rama de la arqueología llega a convertirse a veces en casi ciencia ficción. Aún así, la tarea del arqueólogo se me antoja como uno de los trabajos más interesantes y gratificantes que puede haber. También uno de los más complicados y pacientes. Los trabajos de arqueología se basan en años de estudio en el terreno primero y en oficinas y laboratorios después. Pueden pasar décadas tranquilamente antes de sacar resultados fehacientes y satisfactorios. Eso de ser "detective del pasado" tiene sus grandes ventajas e inconvenientes.
También influyen cada vez en más medida, las organizaciones que puedan subvencionar cualquier excavación, ya que el coste que supone la logística de medios y de personas es bastante elevado generalmente. Aún así, poco a poco, vamos conociendo más profundamente a nuestros ancestros, para así poder llegar a conocernos algún día a nosotros mismos.
En este tipo de trabajos o de forma casual, raras veces sucede el encontrar algún objeto que ciertamente no tiene ningún sentido temporal o de lugar. Algo que no debería estar allí porque, o todos estamos equivocados respecto a la forma de vida y medios usados en esa época, o nos encontramos con algo totalmente fuera de su tiempo. De una forma u otra, estos objetos no tienen ningún tipo de explicación lógica, por lo menos comparándolo con su época. Son los llamados literalmente artefactos fuera de lugar -en inglés out of place artefact- o más conocidos por sus siglas en inglés OOPART. A lo largo de la historia de la arqueología no son muy numerosos, pero hay una serie de objetos que están volviendo loco a más de uno intentando dar una explicación lógica a algo que en un principio no la tiene.
Tampoco son reducidos los casos en los que la ambición o las ganas de sacar algún tipo de interés económico o simplemente el hecho de llamar la atención o ser conocidos, los hallazgos de estos OOPART son una pura farsa o más vulgarmente llamado timo. Con lo cual, el tema de los OOPART se debe tratar con mucha delicadeza, estudiando a fondo como se ha encontrado la pieza, quien lo ha hecho, en que condiciones e intentando encontrar un sentido lógico a todo. Pero, ¿y cuando todo esto falla?; pues cuando todo esto falla nos encontramos con un OOPART en toda regla.
Quiero exponer en el siguiente artículo una serie de OOPART, quizás los que más me sorprenden o desconciertan. Objetos totalmente fuera de lugar, época, o tecnológicamente incongruentes con el resto de sus contemporáneos. No quiero que se me tache de ninguna rama que intenta explicar todos estos hechos de una forma pseudocientífica, tirando sus rápidos y a veces poco estudiados resultados hacia el creacionismo alienígena, queriendo ver sí o sí que alguna civilización avanzada ya tuvo contacto con nosotros y dejó su impronta en el pasado con estos objetos. Nuevamente ni lo apoyo ni lo desmiento. Creo que hay que intentar sacar conclusiones de la manera más lógica ante todo. Si esto falla... entonces cualquier teoría puede que sea cierta, mientras que no se refute científicamente. He aquí una muestra.


Un satélite pintado en el siglo XVI




En Montalcino, cerca de Siena en Italia, se encuentra una pintura llamada "La glorificación de la Eucaristía", en el retablo de la iglesia de San Pedro. El fresco es pintado junto con otras representaciones pictóricas por Sienes Ventura Salimbeni, especialista en representaciones religiosas. La época en la que fue creada esta representación fue entre 1598 y 1614. Como vemos en la representación hay un objeto que llama la atención en particular. Entre Dios y Jesús se encuentra un objeto que, aunque tenemos otras representaciones parecidas a ésta, se nos antoja como algo fuera de lugar. Este artefacto se asemeja a una esfera sólida y con cierta transparencia. En la parte superior y a ambos lados, los personajes pintados parecen sujetar unas "antenas", una terminada en una pequeña esfera y la otra terminada en una cruz.
En la parte central del objeto vemos una línea ecuatorial que lo circunda, apreciándose, gracias a su transparencia, la parte de atrás de esta línea. También en su parte superior, nos encontramos una especie de mancha amarillenta que podría representar el Sol, y en su parte inferior derecha vemos una protuberancia que es bastante similar a lo que hoy llamaríamos objetivo, apreciándose incluso una lente al final. En definitiva, un objeto que realmente se asemeja al primer satélite enviado al espacio por los rusos el 4 de octubre de 1957, llamado Sputnik 1.
Seguramente no sea más que una coincidencia, ya que como hemos dicho antes, las representaciones de estos orbes son bastante comunes en la pintura de la época; pero a mi me llama mucho la atención el tremendo parecido con el satélite soviético. Quizás los científicos soviéticos hicieran una especie de homenaje imitando esta representación -cosa que me escama bastante-, puede que Salimbeni tuviera alguna visión o sueño premoritorio, pero el caso es que la pintura está ahí. El debate está servido ¿Qué os parece el parecido?




La máquina de Antiquitera

Nos tenemos que remontar al año 1900. Un barco griego de pescadores se desvió de su ruta por culpa de una tormenta. Llegaron a Antiquitera, una isla que está de camino entre la costa griega y Creta. Tras sumergirse en la zona descubrieron a 61 metros de profundidad un barco romano naufragado sobre el 65 a.c. Los trabajos de arqueología entonces se alargaron un tiempo sacando del barco numeroso material como ánforas, esculturas... hasta que en 1902 Valerios Stais, director del Museo Arqueológico Nacional de Atenas, descubrió un objeto de madera y bronce con una serie de engranajes. Había encontrado la máquina de Antiquitera. Aunque este artefacto se podría considerar como otro OOPART, lo cierto es que después de muchos años de estudio, se certificó científicamente que este objeto existió en su momento como una máquina, más concretamente como una calculadora astronómica, y ahora contaremos como llegaron a esta conclusión.

La máquina de Antiquitera es un mecanismo de bronce y madera de 31,5 cm. de longitud, 19 cm. de anchura y 10 cm. de grosor. El mecanismo de engranajes estaba cubierto por una caja de madera con dos puertas. El material rescatado se compone de unas 82 piezas. Dado las delicadas condiciones de las piezas, el estudio de la máquina fue llevado a cabo en Atenas, trasladando el equipo de investigación necesario a la capital helena. Se creó el Proyecto de Investigación del Mecanismo de Antiquitera entre varias empresas y universidades. A través de de fotografías digitales y rayos X, se fue desentrañando poco a poco el enigma. El resultado fue publicado enNature. Los resultados son tremendamente sorprendentes. La máquina fue construida alrededor del 150 a.c. y constaba de un engranaje con unas 30 ruedas dentadas hechas a mano, incluso siete más que no han sido encontradas. El mecanismo es de una precisión tan exacta que no nos encontramos nada igual hasta la creación de los primeros relojes mecánicos. Ni que decir tiene que no se tiene constancia de ningún aparato parecido en esa época.
El dial central determinaba la posición del Sol y la Luna en el Zodiaco, y un calendario de 365 días ajustable para los años bisiestos.Los diales traseros servían para predecir eclipses solares y lunares según dos ciclos astronómicos, el de Calipo -76 años y 940 lunaciones- y el de Saros -18 años y 223 lunaciones-. Los expertos creen además que existían otros engranajes para predecir el movimiento de los planetas. Un máquina que se me antoja tremendamente adelantada para la época.

Michael Edmunds -astrofísico de la Universidad de Cardiff- junto con sus colaboradores, determinaron en la revista , apuntaron la posible identidad del autor de la máquina de Antiquitera. Se trataría de Hiparco de Nicea, considerado el primer astrónomo científico, además de ser matemático y geógrafo. Sucedió a Eratóstenes en la dirección de la biblioteca de Alejandría, elaboró un catálogo de 850 estrellas clasificándolas por su brillo, como se hace en la actualidad, calculó de forma muy precisa la distancia de la Tierra a la Luna, midió el año con una imprecisión de 6 minutos... en definitiva un erudito avanzado a su época y que pudo realizar esta máquina, ya que entre sus descubrimientos está la expicación de la irregularidad del movimiento de la Luna por el cielo debido a su órbita elíptica -y en la máquina está plasmada esta irregularidad-.
Ya sea un invento avanzadísimo para su época o un regalo de una civilización extraterrestre, lo cierto es que la máquina de Antiquitera es un artefacto que hoy por hoy nos resultaría un buen invento, actual y práctico... más de 2000 años después...



El disco egipcio del príncipe Sabu


                                     

Casi olvidado, en una solitaria vitrina de la primera planta del Museo Egipcio de El Cairo, se halla este más que curioso objeto. Este "incatalogado" artefacto es denominado la rueda o el disco del príncipe Sabu.
Uno de los egiptólogos más importantes del siglo XX, Brian Walter Emery, realizando unas excavaciones en 1936 en la región de Sakkara, descubrió este disco junto a otros numerosos utensilios en la Tumba del príncipe Sabu, dentro del templo de Zóser. El príncipe Sabu fue hijo del faraón Abjuib, de la primera Dinastía que reinó Egipto, allá por el año 3000 a.c. En 1961, casi 30 años después, Emery, en su libro Egipto Arcaico -un clásico de la egiptología-, se refiere a dicho utensilio..."no se ha conseguido ninguna explicación satisfactoria sobre el curioso diseño de este objeto". A día de hoy, el enigma sigue ahí.
El disco de Sakkara tiene 61 cm. de diámetro y 10,6 cm. es su máxima altura, situada en el centro, hallándose en el mismo centro un orificio en el que se puede suponer que va un eje. El objeto tiene forma de volante cóncavo con tres cortes o palas curvadas que recuerdan la hélice de un barco. La rueda está fabricada en esquisto, una roca muy frágil y quebradiza, lo que le da un valor extra, ya que su elaboración es muy laboriosa.
Y hasta aquí llega el conocimiento certero que tenemos de la rueda de Sabu. Ahora toca a aventurarse con las conjeturas y teorías que han recorrido el planeta buscándole una utilidad o finalidad. Se ha hablado de una posible rueda, aunque una rueda en ese material hubiera sido un fracaso rotundo, además de saber que la rueda entra en Egipto tras la invasión de los Hicsos a partir del 1640 a.c. También se habló de hélice para barco, intuyendo la utilización del disco en un medio líquido, cosa también improbable. Otros investigadores piensan que formaba parte de un engranaje de alguna máquina. Pero ¿Quién quiere poner en la tumba de un príncipoe una parte de una máquina? Hay quien quita bastante hierro al asunto tachando al disco de un simple objeto decorativo o candelabro, cosa que se me antoja otra vez bastante difícil de entender, si no se ha encontrado nada parecido en toda la cultura egipcia. Y por último cabría destacar la dificultad de tallar de manera tan precisa el esquisto dando esa forma final, dado que en la fecha en la que se construyó, es decir, hace 5000 años, las herramientas debían ser bastante rudimentarias, ya que el metal que conocían básicamente era el cobre.
En conclusión, el disco de Sabu es un OOPART con comillas como el anterior, puesto que sabemos que pudo ser hecho en esa época. Pero quizás el OOPART aquí fue la persona que lo realizó, o la finalidad del mismo.

        




El hombre de Palenque


 Sin duda, desde mi punto de vista, es una de las representaciones más enigmáticas de la historia de la humanidad. Tenemos que cruzar el charco para encontrar este sarcófago grabado, más concretamente al estado de Chiapas, en México. En el año 1952, unas excavaciones dirigidas por el arqueólogo Alberto Ruiz Luillier, realizando unas incursiones en la pirámide de Palenque -en el citado estado de Chiapas-, encontraron un sarcófago con los restos de una momia que según los Mayas se trataba del Dios Kulkulkan, al que adoraban. Dentro del sarcófago además encontraron varios objetos, entre ellos, una máscara de jade y oro cubriendo el rostro de los restos momificados. 
 Aunque lo más importante de hallazgo sin duda se encuentra en la tapa del sarcófago. Con unas dimensiones de 3,80 m. de largo, 2,20 m. de ancho y un peso de 6 toneladas, en esta tapa se encuentra un grabado más que insólito. En ella vemos de forma extremadamente nítida a un hombre sentado en una especie de máquina que se asemeja de modo sorprendente a un artefacto espacial, una especie de nave. Desde luego a primera vista todo parece desconcertante, ya que los estudios realizados para datar el sarcófago lo ubican hace 10.000 años. Además, las mismas investigaciones concluyen que el hombre que está enterrado allí no es de raza maya. Tuvo una talla de 1'72 y unos rasgos marcadamente distintos a los pobladores de aquella época en el lugar.
           

 Como vemos en el grabado, el supuesto "piloto" se encuentra sentado, con sus manos en los mandos de control y su pie derecho está manejando un pedal. Lleva un curioso casco y hasta su nariz llega una especie de tubo o máscara. Realmente desconcertante. El detalle de el relieve va aún más allá. Se pueden ver partes metálicas y tornillería típica de aeronaves, en la parte derecha vemos el fuego que sale de la "nave", así como el humo que desprende en los laterales. A parte de todo esto, existen algunos objetos poco identificables, aunque se acercan más a objetos o herramientas que podemos usar hoy en día.
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 Este caso ha pasado a ser uno de los enigmas sin resolver más famosos de la arqueología. No han sido pocos los proyectos e investigaciones llevados a cabo a lo largo de los años, sin dar más solución que la veracidad de la época y de lo que contiene. Sin embargo, el ser que representa y lo que maneja siguen siendo un gran enigma. ¿Puede que los dioses que adoraban los Mayas realmente vinieron desde el cielo? ¿Puede que sea esa la razón por la cual manejaban tan bien la astronomía y tenían esos calendarios tan enigmáticos? ¿Tendrían razón en la profecía del 2012? Dentro de poco, lo sabremos...