La historia y el misterio siempre han ido cogidos de la mano. Desde los albores de los tiempos hemos intentado desentrañar todo aquello que se ha quedado en el tintero de lo inacabado por algún motivo, sin tener en todos los casos el mismo éxito. Quizás sea en gran medida provocado por lo mismos que han escrito la historia. Por aquellos que de alguna manera han querido maquillar el resultado de sus acciones, transformando todos aquellos sucesos que podían contradecir sus codiciados derechos y su providencial presencia salvadora. También existen momentos de la historia que por alguna otra razón, como la de no ser políticamente rentable o moralmente aceptable, han quedado relegados a un segundo plano, sufriendo el más profundo de los olvidos, escritos en legajos abandonados al polvo y al destino en cualquier oscuro archivo de biblioteca. En otras ocasiones es precisamente la falta de información la que nos hace dar palos de ciego continuamente, introduciéndonos en laberintos sin salida, llegando a calles cortadas o conduciéndonos hacia cruces de caminos con numerosas salidas, tornándose en misterio el desenlace de la historia que estamos investigando.
Sea como fuere, nuestra historia está llena de misteriosos y apasionantes enigmas, sin los cuales creo que la vida sería mucho más aburrida. En este blog intentaré mostrar algunos de los enigmas de la historia que más me han llamado la atención. Espero que lo disfruten.

miércoles, 22 de febrero de 2012

El evangelio de Judas y el enigma del cristianismo primitivo




Es uno de los hombres más odiados de la Historia. Denostado, vilipendiado, menospreciado, tachado de malvado, malicioso, inicuo... será visto siempre como el eterno enemigo de la iglesia vendiendo a Jesús a los romanos. Se llamaba Judas Iscariote y fue uno de los doce discípulos de Jesús. Fue la persona que traicionó al señor, entregándolo en el monte de los olivos, besándolo para que los soldados romanos lo diferenciaran del resto de discípulos. Eso es, por lo menos, lo que nos cuentan los cuatro evangelios canónicos del Nuevo testamento, los evangelios de Marcos, Mateo, Lucas y Juan.

Pero, ¿y si de repente todo lo que conocíamos y lo que nos habían contado cambiara de un plumazo? ¿y si Judas fue realmente el favorito de Jesús y éste le traicionara por órdenes mismas del señor hacia él? ¿y si las nociones que tenemos del cristianismo cambiaran profundamente de bases y buscara el conocimiento espiritual interior ante la salvación eterna? ¿Y si viéramos a Judas como un héroe y no como un traidor?
Todas estas cuestiones pueden parecer una auténtica burla para la sociedad católica, apostólica y romana que conocemos actualmente, lo sé, pero no es un tema baladí ni son interrogantes de ciertos sectores conspiranóicos. Estas cuestiones se las están preguntando historiadores, arqueólogos, investigadores y teólogos que ven en el evangelio de Judas un auténtico rompecabezas que intentan desenmarañar para clarificar la verdadera historia del cristianismo primitivo. Cristianismo que haría mucho daño a la iglesia actual. Este tema es bastante espinoso, si comentaba en el artículo de la Síndone el carácter subjetivo de las interpretaciones que cada uno pudiera sacar de la información dada, no menos controvertidas serán las conclusiones que se lleven a cabo leyendo este artículo.
Que nadie me malinterprete, en ningún momento quiero ofender o menospreciar a ninguna religión ni persona, nada más lejos de mi intención, que es la de dar a conocer unos datos y unos textos que están ahí, que se han escrito como los demás evangelios, y que de alguna manera fueron despreciados juntos con otros tantos evangelios apócrifos que estudiaremos en otra ocasión.
Vamos con los antecedentes. El descubrimiento de este texto nada entre la penumbra de la historia más certera, pero lo que sabemos claramente es que se descubre en la década de los 70. La historia más fidedigna nos habla de un campesino que buscaba tesoros ocultos en cuevas a orillas del Nilo. En una de las cuevas, entre huesos de enterramientos descubre una caja de piedra. Dentro de ella encuentra un manuscrito envuelto en piel, y aunque no entiende nada de lo que pone en su interior, sabe que los antiguos manuscritos son bien pagados en el mercado "negro" de antigüedades de El Cairo. Aquí comienza la extraña travesía del manuscrito hasta que es finalmente comprado por la "Fundación Mecenas de Arte Antiguo" en 2000.
El campesino que encontró el texto lo vendió en el mercado de antigüedades de El Cairo. Como la vida de los objetos saqueados suele estar vetada por un tupido velo por parte de los anticuarios (para evitar a la policía y que tomen represalias las bandas de saqueadores de tesoros), la historia del códice no está clara al cien por cien. Aunque después de varias investigaciones se ha podido aclarar bastante. A través de un intermediario es vendido a un marchante de antigüedades egipcio llamado Hanna. Éste reúne en su apartamento varios objetos de arte de valor para enseñárselos a un posible comprador, pero poco antes de venderlos su casa es saqueada -lo más probable es que fue saqueada por la persona que se interesó por los objetos- llevándose los ladrones sólo unos cuantos objetos -los más valiosos-, entre ellos, el manuscrito. Poco tiempo después, los objetos robados comienzan a salir a la luz en Europa.
En ese momento Hanna pide ayuda en Ginebra a un comerciante griego, que era un frecuente comprador suyo, para recuperar el códice. Lo consigue en 1982, y tras consultar con algún que otro experto de papiros en Europa, pone un precio extremadamente alto. Ironías de la vida, ya que ni siquiera sabía nadie, ni siquiera Hanna, cual era el significado de lo que allí ponía. En 1983, otra vez en Ginebra, invita a tres expertos norteamericanos a mostrar el códice y otros textos para pujar por ellos. Uno de estos expertos es el Dr. Stephen Hemmel, una de las personas más prestigiosas en estudios de papiros coptos, que a la postre ayudó al equipo de investigación a restaurar, descifrar y autentificar este manuscrito. Les prohíben sacar fotos y tomar notas, y los pueden examinar sólo durante unos minutos. En seguida Hemmel se da cuenta que lo que está observando tiene un valor incalculable, se asemeja muchísimo a los papiros encontrados en Nag Hammadi (luego hablaremos de ellos) y aparentemente en un estado relativamente bueno. Al ojearlo ve entre sus líneas textos en los que Jesús habla con sus discípulos y el nombre de Judas en varias ocasiones.

El marchante egipcio pide un precio exorbitantemente alto -3 millones de dólares- y los expertos sólo pueden gastar cien mil entre los tres, así que las negociaciones no llegan a buen puerto. En el baño, Hemmel apunta todo lo que recuerda del manuscrito y deja escrito también el estado del mismo y la necesidad de ser cuidado y restaurado para que no sufra más. Desgraciadamente, eso no sucede. Hanna viaja a Nueva York con la intención de venderlo a un coleccionista sin éxito y frustrado guarda el manuscrito en una caja fuerte de un banco; este es el inicio del deterioro total del papiro. Las condiciones de temperatura y humedad que había tenido el manuscrito en Egipto cambian completamente cuando es guardado en una sucursal de Citibank en Hicksville, Nueva York. Allí queda abandonado a la más triste indolencia que se puede imaginar desintegrándose durante 17 años.

La anticuaria Frieda Tchacos Nussberger es la rescatadora del códice. Al fin, después de haber estado tras la pista del evangelio muchos años lo compra. Ésta lo hace pasar por varios posibles interesados más que, desgraciadamente, lo único que hacen es deteriorar aún más el estado del manuscrito. Aconsejada por un abogado suizo que le había estado ayundando, vende el códice a la Fundación Mecenas de Arte Antiguo el 19 de febrero de 2001. Gracias a Frieda hemos conseguido encontrar el punto de inflexión en el cual se profesaba el cristianismo primitivo en sus más variadas concepciones. De hecho, Frieda siempre cuenta que su misión en esta vida ha sido la de encontrar el manuscrito. Según ella, Judas le mandó directamente para "limpiar su nombre". Desde entonces, al texto se le denomina Códice Tchacos.


Desde que llega a manos de Mecenas de Arte Antiguo, se pone en marcha un mecanismo de emergencia para salvar y restaurar el códice, cosa que llevó años en terminarse. Por lo pronto, todo el manuscrito estaba dividido en dos de forma horizontal, y cada una de esas dos partes estaba dividida en trocitos en gran medida, aparte de haber perdido muchísimos fragmentos de papiro, desintegrados literalmente. También hay que añadir que las hojas estaban mezcladas entre sí, quizás por la codicia de Hanna, que le hubiera gustado vender fragmentos u hojas sueltas al no poder venderlo entero. Aquí debemos tener en cuenta además que puede que esa intención se hubiera visto realizada, vendiendo alguna parte del Códice Tchacos a algún coleccionista privado. Los investigadores no pierden la esperanza de ver algún día un trozo de pergamino del evangelio aparecer de forma anónima, para completar aún más el sentido del
conjunto.
Gracias a la actuación de la Fundación y de la National Geographic se obró el milagro. En Suiza, sede de la Fundación, lograron reunir todo un elenco de profesionales e investigadores del más alto nivel, para restaurar y traducir el códice.

El manuscrito llega a Mecenas en un estado francamente deplorable. Florence Darbre, una de las mejores restauradoras y conservadoras de papiros del mundo se pone manos a la obra para recomponer el puzzle más complicado al que se ha enfrentado nunca. Trabaja mano a mano con Rodolphe Kasser, uno de los expertos más importantes del mundo en copto, la lengua de los egipcios cristianos en la que está escrito el documento. Para dañar lo más mínimo el papiro lo que hacen es ir sacando fotografías y a partir de éstas, intentar recomponer cada papiro con fotocopias hasta que encuentran la posición correcta. De esta forma evitan mover demasiado las ya muy dañadas partes. Cuando tienen todo el papiro restaurado, o todos los trozos encontrados de una página, es colocado entre dos planchas de metacrilato y es fotografiado, para evitar trabajar con el original, preservando lo máximo posible el incunable.
Aún en esas condiciones tan deterioradas, hay una línea que destaca entre todas, traducido del copto dice "Evangelio de Judas" -colocado el título al final del manuscrito, como era habitual con los evangelios de aquella época-. ¿Quién se molestaría en hacer un evangelio de Judas?
Todos tenemos conocimiento de los evangelios canónicos, Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Todos ellos escritos bastante después de la muerte de Cristo. Hasta ahí todo claro. Pero en 1945 un hallazgo en Nag Hammadi, Egipto, empieza a poner nerviosa a la Iglesia. Se trata de 13 códices de papiro forrados en cuero y escritos en copto, los cuáles muestran una colección de evangelios desconocidos hasta ahora, al menos físicamente. Textos como el evangelio de Tomás, de Santiago, de Felipe... hasta otra serie de textos como una copia de La República de Platón, modificada con conceptos gnósticos.

Después de largos años de estudio y traducción de estos textos, nos muestran unos evangelios que en algunos casos tienen paralelismos con los evangelios que conocemos, pero en gran medida son enseñanzas filosóficas con conceptos gnósticos más difíciles de entender. En gran medida estos evangelios -la traducción literal de evangelio es "buena nueva"- eran leídos y escuchados durante los primeros siglos del cristianismo primitivo. Existían por aquel entonces más de 30 y cada uno de ellos nos mostraba su enseñanza particular. De aquí nace lo que en el siglo XX llegó a llamarse el Gnosticismo. Quizás sea una palabra que quiere englobar demasiadas cosas, dado la diversidad religiosa que quiere acogerse dentro de este término. Gnosticismo viene del griego gnosis que significa conocimiento. Gnósticos son "los que tienen conocimiento". Y ¿Qué es eso que saben? Conocen secretos que pueden conducir a la salvación. Para los gnósticos, una persona no se salva por la fe en Cristo o sus buenas obras, sino por el conocimiento de la verdad del mundo en el que vivimos y de quién es el verdadero Dios. Y especialmente, de quienes somos nosotros mismos. Es un autoconocimiento sobre quienes somos, como llegamos aquí y como podemos volver a nuestro lugar celestial. Para los gnóstico, este mundo material no es nuestra casa, estamos atrapados aquí, en un cuerpo físico, y debemos aprender a escapar de él. Para los gnósticos que eran cristianos (otros no lo eran), es el propio Cristo el que nos trae ese conocimiento secreto desde los cielos. A grandes rasgos, consideran que nuestro Dios no es el único ni el que está en lo más alto, y también consideran el mundo como algo imperfecto, lleno de desastres naturales, miserias, plagas... del cual hay que escapar.

El Evangelio de Judas pertenece a estos textos de conocimientos gnósticos. Después de unos años de restauración y conservación, salieron a la luz las conclusiones. El Códice Tchacos consta de treinta y tres hojas, o sesenta y seis páginas (las conservadas). Éste se divide en diferentes textos:

-Pag. 1 a 9 Carta de Pedro a Felipe.
-Pag. 10 a 32 "Santiago".
-Pag. 33 a 58 el Evangelio de Judas.
-Pag. 59 a 66 un libro muy dañado que no se conserva el título, se le denomina libro de Alógenes, por el protagonista.

De todos estos textos, el único del que no hay copia en el mundo de nada parecido es el Evangelio de Judas, del resto tenemos conocimiento por los textos de Nag Hammadi. De lo más interesante que podemos destacar en el evangelio es la manera de actuar de Jesús frente a sus discípulos y su predilección por Judas. En el texto se nos muestra a un Señor que ríe a carcajada pura por la falta de entendimiento de los apóstoles a sus enseñanzas, su acercamiento a Judas, que según parece, era el único que le entendía. También se aparece Jesús en alguna ocasión frente a sus discípulos como un niño. Y lo más importante y lo que más llama la atención es el favor que le transmite a Judas. Jesús pide a Judas que le traicione y le entregue a los romanos para así poder salir del cuerpo material que le está oprimiendo (recordemos la filosofía gnóstica). Con lo cual tenemos a un Judas que se convierte en el héroe de la historia. Las connotaciones de este texto podrían tambalear las bases del cristianismo, tal y como lo conocemos hoy en día. Y ¿Por qué deberíamos hacer caso a un texto que ni siquiera sabemos si es verdad o no? Hay que remontarse a los 3 primeros siglos del cristianismo para responder a muchas preguntas.

Como hemos dicho anteriormente, en los primeros años que siguieron a la muerte y resurrección de Cristo, eran muchos los escritos y evangelios que circulaban por el mundo del medio oriente. Digamos que el cristianismo primitivo tenía muchas ramificaciones, y cada ramificación se basaba en alguno de los evangelios que corrían por entonces. Un siglo después de la muerte de Cristo, Jerusalén, gobernada por los romanos, era una ciudad con una intensa actividad religiosa. El judaísmo, el culto romano y los grupos cristianos se esforzaban para conseguir nuevos seguidores. Recordemos que los primeros evangelios se escribieron al menos 30 años después de la crucifixión de Jesús y según muchos investigadores, ni Mateo, Marcos, Lucas y Juan escribieron "sus" evangelios -recordemos que los evangelios son "según San"...-. Además, como hemos comentado anteriormente, eran más de 30 los evangelios que recorrían el mundo cristiano de aquella época. Entonces, ¿Qué pasó con los demás evangelios? ¿Por qué la iglesia solo se basa en estos cuatro canónicos?. La respuesta la tiene un hombre, Ireneo. Por aquel entonces, al no existir iglesias, los evangelios se leían en casas privadas. Ireneo fue uno de los primeros padres de la Iglesia. Los problemas que creaban estos gnósticos del cristianismo primitivo para los fundadores de la iglesia cristiana era que no podían ser controlados por sacerdotes y obispos, así como la capacidad de discernimiento individual que poseían.
En el año 180, en Lyon, Ireneo sostiene que debe de haber solamente 4 evangelios, desechando los otros, que sumaban más de 30. Con unas teorías totalmente ridículas, diciendo que como había cuatro puntos cardinales y cuatro vientos celestiales, debía de haber cuatro evangelios. Además, el cristianismo era una religión ilegal para los romanos y las matanzas eran habituales. En el 177, en el circo de Lyon mataron a 100 cristianos. Esto impactó mucho a Ireneo, que decidió poner unas bases sólidas a una religión que estaba siendo perseguida y castigada. No se sabe en que basó su elección para con los cuatro evangelios canónicos, aunque todo hace indicar que eran los más leídos y seguidos, seguramente los más sencillos de entender también, aunque también podían haber desechado los otros por acercarse más a un significado más filosófico y gnóstico. Quizás todo tenga relación. Lógicamente Ireneo tachó de herético el evangelio de Judas, persiguiendo también a sus autores. Curiosamente en los evangelios canónicos, Judas va cambiando de personalidad según los vamos leyendo. Y según pasan los evangelios, su transformación va empeorando. De hecho, el último que se escribió, el de Juan, a Judas se le representa en la última cena como la encarnación del diablo. También su final difiere. En unos se ahorca y en otros espera a la muerte en el campo de sangre. ¿Con qué debemos quedarnos entonces? ¿Cuál de las historias es la más fiel? ¿No habrán sido todos estos evangelios modificados para el bien de la iglesia católica? Algunos expertos creen que los cristianos menospreciaron a Judas para distanciarse de los judíos, intentando la supervivencia de su religión. Parece como si la iglesia culpara a los judíos de la muerte de Jesús, cuando fueron realmente los romanos en una cruz romana. Pero he aquí que Judas se convierte en el líder de los Judíos, traicionando a Cristo y por ende, al cristianismo. Judas se convierte en el símbolo del movimiento antisemita, y desgraciadamente se relaciona con facilidad, está integrado en la historia. Esto ha influido en los acontecimientos de la Historia. Un ejemplo famoso es la pasión que se representa periódicamente en Alemania.En ella los judíos llevan a Cristo a la crucifixión. Hitler estuvo viendo esta representación, lo que debió de echar más leña al antisemitismo de la época.

Curiosamente el evangelio de Judas termina cuando Jesús es prendido por lo soldados romanos, entendiendo que lo importante del texto ya ha pasado, el gnosticismo de conocernos a nosotros mismos y del abandono de la cárcel que es nuestro cuerpo está hecho.

En conclusión, quizás los axiomas del cristianismo actual sean demasiado difíciles de cambiar. Quizás estamos completamente equivocados con lo que profesamos o dejamos de profesar. Quizás hayamos desvirtuado en demasía las primitivas bases del cristianismo. Quizás, Judas sea el verdadero héroe de nuestra religión. Quizás deberíamos profundizar un poco más en nosotros mismos, en un intento de introspección personal. Quizás los gnósticos tenían el conocimiento auténtico... o quizás no.

Lo que sabemos con certeza es que el evangelio de Judas es un texto real del mundo antiguo, fechado en los primeros siglos y que nos muestra unas enseñanzas nuevas y sorprendentes. Puede ser invención, como también lo pueden ser el resto de evangelios. Quizás nos encontremos ante una metáfora de nuestro fuero interno...

Un enigma maravilloso.